Por unas horas puedes sentirte como nuestros ancestros que en una época caminaban bajo la estela de la Vía Láctea, o como aquellos peregrinos que intentaban alcanzar el fin del mundo (FINIS TERRAE) y la usaban como guía y reflejo celeste del Camino Santiago, ganándose así el apelativo de Camino de las Estrellas.